Un altre article pendent de la Irene Vallejo que em crida l’atenció és “Casas repletas de cosas” publicat el gener de 2022. La situació de partida ens és coneguda, tot i que jo portant a la pràctica algunes de les idees sobre el minimalisme, ja patiria menys en una mudança.
M’agrada l’article perquè m’explica coses que no sabia, dóna dades concretes i integra en un mateix article mons inicialment diferents. Tenim un problema si tenim tantes coses i continuem comprant-ne i llençant-ne. En transcric un bon fragment.
“Esta es una historia de hogares conquistados por acumulación, día a día, sin tregua: espacios invadidos despacio. Un habitante de un país rico puede poseer hoy miles de objetos a lo largo de su vida, desde móviles hasta pañales, ropa de todos los colores y grosores, botecitos de champú birlados en hoteles de varios continentes, regalos arrinconados, deportivas supervivientes de buenos propósitos pretéritos, souvenirs de guardia en estantes abarrotados o ubicuos envases de comida. Cuando nos mudamos, tomamos conciencia de la apabullante cantidad de cosas que amontonamos. Como escribió Baudrillard, los objetos cotidianos proliferan, las necesidades se multiplican, la producción acelera su nacimiento y su muerte. Un tranvía de deseos con fin de trayecto en la basura.
Nuestros ancestros tenían —y tiraban— pocas posesiones. Los pobres vivían hacinados y los poderosos hacían patente su riqueza con otros códigos: tejidos suntuosos, colores caros, perfumes, tiempo libre. Exhibían el precio y la rareza de sus propiedades, no su abundancia. Sin embargo, a los antiguos romanos —la primera sociedad de consumo de la historia— ya se les hizo una montaña el problema de los desechos. Literalmente. El monte Testaccio, con 49 metros de altura, es un cerro artificial situado en la urbe formado por más de 30 millones de vasijas rotas que, durante siglos, fueron abandonadas allí. La mayoría eran grandes ánforas de aceite de oliva elaborado en la Bética, en Hispania; el contenido se trasvasaba a otros recipientes más pequeños y, como no era rentable lavarlas y reutilizarlas, las rompían en pedazos y las cubrían con cal para evitar malos olores. Aquella colina romana que vino de España fue una temprana advertencia de la peligrosa escalada de lo sobrante.”
(nota meva: googlejant trobo que Testaccio vol dir “turó dels fragments”, i llegeixo que té una alçada de 35 metres resultat de l’activitat durant segles del port fluvial d’Emporium, on arribaven les mercaderies d’arreu del Mediterrani pel Tíber)
“En nuestros tiempos, cuando cada europeo se deshace de un promedio de 500 kilos al año (nota meva: Catalunya, 520 kg / any persona) y cada estadounidense tres veces más, estamos cambiando la orografía del mundo con auténticas cordilleras de desperdicios: aquí unos Urales de basurales, allá un Everest de vertederos. El consumismo ha creado sorprendentes consignas. “Vida desechable” fue el título de un artículo publicado en la revista Time en 1955, donde una familia sonriente atiborraba el cubo de su cocina con platos de papel y cubiertos de plástico que “nos robarían más de 40 horas para limpiarlos”. Por aquel entonces las grandes potencias empezaron a enviar sus desechos a países suficientemente pobres como para aceptar un desembarco de despojos.
En Los Soprano la mafia se reciclaba en el tráfico ilegal de residuos, la droga que producimos pero no queremos ver. Y, en las sucesivas crisis, nos colonizó la metáfora: trabajo basura, bonos basura, comida basura, televisión basura.”
“En este mundo que dilapida en nombre del tanto tienes —y tiras—, tanto vales, nada sale más caro que lo barato desechable. De la Montaña Basura de Fraggle Rock a las montañas de basura de la distópica Wall-E, los cuentos contemporáneos han profetizado las temibles consecuencias de nuestra espiral del despilfarro. Aún es posible frenar la alocada carrera desde el escaparate al vertedero: un sinsentido consentido.”
Fa temps que no intento acumular. Vaig ser molt conscient del munt d'objectes que tinc a casa quan vaig estar més d'un mes fent el camí de Sant Jaume amb una motxilla i tot el que necessitava era el que portava a sobre. A casa vaig fer neteja d'objectes inútils, però amb tot amb el pas del temps encara que tracto d'evitar-ho es tornen a acumular coses innecessàries.