82. Preses de la pressa
Descobreixo un interessant article de Pérez Reverte, a propósit de la lentitud, publicat a XLSemanal el 22/03/20. Us en transcric alguns fragments.
«Hasta no hace mucho, ser lento era una virtud. No hablo de ser perezoso o indolente, sino de hacer las cosas despacio, con eficacia pero concediéndoles el tiempo necesario. Moverse, caminar, despedirse con lentitud cortés, remarcaba la dignidad de las personas. Confería un aire respetable. Incluso, elegante. Por eso los antiguos monarcas, los filósofos, los aristócratas, se movían despacio. La razón era el respeto que entonces inspiraban los ancianos y la gente mayor, experimentada, libre ya de las prisas e impulsos de la juventud. Eran ésas unas referencias que se procuraba imitar.
Todos recordamos ejemplos recientes, familiares o no, de quienes hacían las cosas despacio. De quienes se movían, no ansiosos por hacerlo todo cuanto antes, sino empleando el tiempo adecuado. Sin demora, pero sin prisa. Fijándose en lo que hacían y planeaban hacer, daban autoridad a sus actos y decisiones. Y la vida les era más provechosa. Más rentable. Invertían tiempo en percibir matices, circunstancias, caracteres. Nuestros abuelos no pretendían hacerlo o tenerlo todo en el acto. Al moverse y vivir despacio, hacían su existencia más rica y plena. También la de quienes los rodeaban.
Un tigre, un gato que caza, son lentos hasta el salto final. Creo que nos equivocamos renunciando a la lentitud en favor de una engañosa rapidez que a menudo anula cierta clase de eficacia. Antes, viajar no era sólo ir de un lugar a otro, sino un modo de vivir mientras viajabas: paisajes vinculados a reflexión y tiempo para ésta. Ahora nos movemos deprisa por autopistas sin nada que mirar, saltamos de aeropuerto en aeropuerto y hasta el turismo es itinerario fijo e ineludible, visita aquí y allá, comida a las dos y selfi a las cinco. Nueva York en dos días, China en cuatro. Cruzamos océanos en once horas y recorremos continentes de punta a punta en la mitad de ese tiempo, renunciando a los trenes que en sí mismos suponían una aventura; a los transatlánticos que dejaban espacio a las relaciones, a la reflexión y a la vida. Queremos en casa lo deseado al día siguiente de adquirirlo en Amazon; nos entregamos sin reservas al producto industrial y renunciamos al trabajo minucioso del artesano; buscamos el significado de una palabra pulsando en un teléfono móvil, renunciando al placer de hojear despacio un libro o un diccionario; privándonos así, también, de las sorpresas inesperadas, los descubrimientos colaterales que ese hojear de páginas puede depararnos»
Formem part de la societat de la pressa, de les notícies de titulars on regna la desinformació, dels viatges de llistats sense fi de llocs visitats però no viscuts, de la immediatesa que abomina de la paciència, de la velocitat que obvia els matisos i els detalls. D’alguna manera correm tant que oblidem fer extraordinari allò ordinari. Si em permeteu el joc de paraules: som preses de la pressa, víctimes de córrer cap enlloc per abastar més per ser menys. En la societat del rellotge, el temps no hauria de ser el nostre botxí. Per això m’agrada aquesta reflexió que em recorda el valor de les petites coses, de gaudir del moment present, degustant els detalls per valorar el conjunt, sense rellotge que posi límits ni obligacions que no puguin esperar. Que difícil quan cada hora et toca una classe nova en un lloc diferent, quan les activitats pròpies i les dels fills es succeeixen una rere l’altre, quan sembla que no hi ha temps per a tot i prens temps al descans per arribar a més. Em sembla que hem caigut a la trampa. I que ens cal aturar-nos i rellegir entre línies el valor del no fer res, per a què la petita cosa esdevingui tot. Ens cal fer ús de la llibertat d’escollir, de simplificar... el confinament ens ha ensenyat que allò intocable de cop pot esdevenir obviable, que allò imprescindible ho pot deixar de ser. Així que estaria bé aturar-nos, fer un llistat de tot el que ens ocupa i escollir-ne la meitat com els elements de la nova agenda... i la resta... buff, la resta directe a la paperera de reciclatge, com a l’ordinador. Com ho veieu?
Nota de l’autor: aquest article forma part d’una sèrie sobre “El pas del temps”. Si et ve de gust llegir la resta d’articles que la composen, en formen part: (1) Una data artificiosa; (2) Més sobre el pas del temps; (3) Sobre la mort i els cementiris; (6) El valor de les paraules, el valor de la mort; (82) Preses de la pressa; (83) Aniversari feliç; (204) Calendaris artificials; (240) L’artificialitat del calendari; (265) Culte al temps; (279) Traficants de temps.